viernes, 22 de octubre de 2010

¡Respuestas Retardadas A La Oración!

La mayoría de nosotros oramos como David lo hizo: “Apresúrate a responderme el día que te invocare” (Salmo 102:2). “Estoy angustiado; apresúrate, óyeme” (Salmo 69:17). La palabra Hebrea para “apresúrate” quiere decir “¡ahora mismo, apúrate, en el momento que te llamo, hazlo!” David estaba diciendo, “Señor, yo pongo mi confianza en ti – ¡pero por favor apúrate!”

Dios no está apresurado. El no salta cada vez que usted le ordena. Es más, a veces usted podrá preguntarse si alguna vez él contestará. Usted clama, llora, ayuna y confía – pero los días pasan, luego semanas, meses y aun años, y usted no recibe ni la mínima evidencia de que Dios lo está escuchando. Primero usted se pregunta: “Algo debe de estar impidiendo mis oraciones.” Usted queda perplejo, y con el tiempo su actitud hacia Dios se vuelve algo así: “Señor, ¿qué tengo que hacer para recibir respuesta a esta oración? Tú prometiste en tu Palabra que me darías una respuesta, y he orado en fe. ¿Cuántas lagrimas debo derramar?”

martes, 5 de octubre de 2010

La Canción Correcta– En El Lado Equivocado

Cuando el pueblo de Israel fue puesto a prueba, ¿se suponía que ellos expresasen gratitud y acción de gracias en medio de los problemas?
Cuando ellos estaban rodeados y en situaciones desesperantes, ¿esperaba realmente Dios que ellos tuviesen esa clase de reacción?

¡Absolutamente – Sí! Ese era el secreto para que ellos puedan salir de sus dificultades. Vea usted, Dios quiere algo de todos nosotros en nuestros tiempos de problemas y pruebas abrumadoras. ¡El quiere que le ofrezcamos un sacrificio de acción de gracias en medio de todo lo que sucede!

Yo creo que Santiago había descubierto ese secreto cuando él amonestó, “…tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas…” (Santiago 1:2). El estaba diciendo, “¡No te rindas! Prepara un altar en tu corazón, y ofrece alegre acción de gracias en medio de tus pruebas.”

Por supuesto que los hijos de Israel ofrecieron al Señor alabanza y acción de gracias – ¡pero lo hicieron en el lado equivocado del Mar Rojo! Sí, las personas se regocijaron toda la noche – pero Dios no tenía placer en eso.