lunes, 17 de mayo de 2021

EL DIOS QUE VE


La doctrina de la providencia es una de las más fascinantes, importantes y difíciles de la fe cristiana. Aborda preguntas difíciles tales como: “¿De qué manera interactúan el poder y la autoridad causales de Dios con los nuestros? ¿De qué manera se relaciona el gobierno soberano de Dios con nuestras decisiones libres? ¿De qué manera se relaciona el gobierno de Dios con el mal y el sufrimiento en este mundo? Y, ¿la oración tiene alguna influencia sobre las decisiones providenciales de Dios?”. En otras palabras, ¿cómo debemos vivir nuestra vida a la luz de la invisible mano de Dios? Comencemos con una definición simple. La palabra “providencia” tiene un prefijo, pro-, que significa “ante” o “frente a”. La raíz proviene del verbo latino videre, que significa “ver”; de esta palabra también viene el término castellano “video”. Por lo tanto, la palabra “providencia” significa literalmente “ver anticipadamente”. La providencia de Dios se refiere a que él ve algo por anticipado respecto al tiempo. 

miércoles, 5 de mayo de 2021

Ezequiel 2:1-3:19 --A través de la Biblia PROGRAMA No. 0920



EZEQUIEL
Capítulos 2 - 3

Llegamos hoy, amigo oyente, en nuestro recorrido bíblico, al segundo capítulo de este libro de Ezequiel. Recién hemos comenzado en este libro y hemos completado nuestro estudio del primer capítulo con esa gloriosa visión que se da allí. Vamos a regresar a eso nuevamente, porque esa visión es probablemente el nivel más alto en la Palabra de Dios. Creemos que todas las visiones de las Escrituras descansan sobre esta visión. Y sabemos esto, que esa visión forma la base de cada visión del libro de Ezequiel y que mucho del libro de Apocalipsis no descansa primordialmente en el libro de Daniel ni en el discurso que el Señor Jesucristo pronunció aya en el Monte de las Olivas. Sin embargo, es necesario considerar el libro de Apocalipsis con el discurso en el Monte de las Olivas y el libro de Ezequiel. Pero lo que es realmente la base, es este libro de Ezequiel – el Apocalipsis de Ezequiel. Y esta gran visión, a la cual vamos a regresar una y otra vez, nos sentimos en realidad incapaces de tratar con ella en nuestro programa anterior. Simplemente tenemos que pararnos en la periferia de estas cosas, y no las podemos penetrar. ¿Por qué? Porque aquí estamos tratando con un Dios infinito. Y, amigo oyente, todo lo que nosotros podemos hacer es mantenernos en ese lugar y adorarle y alabar Su nombre.