martes, 22 de febrero de 2011

El Catolicismo Romano

EN EL ESPÍRITU DE ECUMENISMO del día de hoy, muchos evangélicos han llamado a la
Iglesia Protestante a hacer a un lado sus diferencias con Roma y buscar la unidad con la Iglesia Católica. ¿Es eso posible? ¿Es el catolicismo romano simplemente otra faceta del cuerpo de Cristo que debería ser traido a un punto de unión con su contraparte protestante? ¿Es el catolicismo romano simplemente otra denominación cristiana?

Mientras que hay muchos errores en la enseñanza de la Iglesia Católica (por ejemplo su creencia en la transubstanciación del agua de comunión y su “veneración”de María), dos salen a la superficie y llaman a una atención especial: su negación de la doctrina de
sola scriptura y su negación de la enseñanza bíblica de la justificación. Expresado de una manera simple, debido a que la Iglesia Católica Romana ha rehusado someterse a sí misma a la autoridad de la Palabra de Dios, y adoptar el evangelio de justificación enseñado en la Escritura, se ha apartado a sí misma del verdadero cuerpo de Cristo. Es una forma falsa y
engañosa de cristianismo.


La Doctrina de Sola Scriptura

En las palabras del reformador Martín Lutero, la doctrina de sola Scriptura quiere decir que “lo que es afirmado sin las Escrituras o revelación probada
puede ser considerado como una opinión, pero no necesita ser creído.” El catolicismo romano claramente rechaza este principio, añadiendo a una multitud de tradiciones y enseñanzas de la Iglesia y declarándolas como obligatorias sobre todos los verdaderos creyentes—con la amenaza de condenación eterna para aquellos que sostienen opiniones contradictorias.

lunes, 14 de febrero de 2011

¿Cómo Puedo Conocer a Dios?

El estudiante universitario sentado trente a mi escritorio reveló profunda sinceridad cuando preguntó: "¿Cómo puedo conocer a Dios?" Tomé un ejemplar de la Biblia, y le leí un pasaje de la Palabra de Dios acerca de cómo podemos conocer que Cristo Jesús es el Salvador y el Hijo de Dios. Pero pese a cuantos pasajes leí, él los rechazó. Era evidente que no estaba dispuesto a recibir el testimonio proporcionado por la Biblia en torno a este problema tan inquietante.


Este joven, (digamos que se llama Carlos) hab ía sido criado en un hogar cristiano. Habían sido raros los domingos cuando él no había estado en el templo acompañando a sus devotos padres. Al fin le pregunté: "Carlos, ¿cuándo comenzaste a dudar de la existencia de Dios?"
Siguió una pausa prolongada, en la cual se concretó a observar me. Entonces Carlos contestó francamente: "Siempre he tenido dudas; pero estas dudas se han profundizado desde que llegué a la uni versidad. Nada menos la semana pasada parecieron convergir sobre mí en la clase de biología. El profesor estaba hablándonos acerca del origen del hombre y de su concepto de¡ origen de la vida. A medida que hablaba se hacía evidente que él no creía en el registro bíblico. Alguien en la clase le preguntó sobre esto, y él nos dijo con franqueza: "Yo soy ateo." Entonces nos dijo por qué era ateo. Luego de dar nos una explicación tan lógica para sustentar su ateísmo, yo sentí que era ridículo creer en Dios, y casi pueril ser cristiano. Desde ese día en esa clase he tenido serias dudas en mi corazón en torno a la existencia de Dios.

sábado, 5 de febrero de 2011

Cantadle, cantadle alabanzas; hablad de todas sus maravillas. Salmo 105:2

1. Me acordaré de las obras del SEÑOR; ciertamente me acordaré de tus maravillas antiguas. Salmo 77:1

La verdad es que no sé como empezar. Son tantas las cosas que el Señor ha hecho, tanto por lo cual tengo que agradecer que creo que podría escribir varios libros. Y sinceramente he estado pensando en como compartir esto de manera que yo mengue y el crezca. Siempre había comentado a diferentes personas algunas de las cosas que voy a compartir ahora. Pero sólo cuando surgía la necesidad, pues he aprendido a callar no por causa de él, sino por mi causa porque tristemente me he encontrado con ciertos testimonios en la red que parecen mas una autobiografía que un testimonio para dar gloria a quíen en realidad la merece. Bueno diré que espero lograr el objetivo con la ayuda de nuestro padre...

Comenzaré entonces con uno de los tres testimonios que compartiré con ustedes en esta ocasión. Recuerdo que una vez hace años saliendo del trabajo su maravillosa presencia me acompañaba y en mi ignorancia oraba aquella pequeña porción que aprendí en la iglesia cuando solo era una niña. Mi abuelita paterna me enseñó a temer a Dios y cada noche antes de acostarnos me llamaba y juntas nos poniamos de rodillas, Padre nuestro que estas en los cielos…..usted conoce la oración, aprendí también el ángel de mi guarda, como era tan temerosa oraba todo el tiempo: Ángel de mi guarda mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día hasta que me pongas en paz y alegría con todos los santos, ¿Jesús y María?...Si usted es cristiano nacido de nuevo sabe a lo que me refiero cuando decía en mi ignorancia, si embargo el Señor que me escogió antes de que estuviese en el vientre de mi madre me conocía. Ahora bien continuando con el relato, ese día salía del trabajo y como todos los días elevé la misma oración, osea las de siempre…y claro ángel de mi guarda mi favorita, ya sabe por qué. Como de costumbre esperaba el bus en el mismo lugar, pero esta vez duré al menos una hora esperando, estaba tan cansada que no quería ir de pie en el autobús.