El mundo musulmán ha sido presentado como un enemigo tan formidable que la iglesia ha perdido el ánimo de evangelizarlo. Por el contrario, si nos preparamos para responder a algunas de las cuestiones que los mahometanos plantean, y las convertimos en oportunidades para ampliar nuestra comunicación con ellos, entonces todavía hay esperanzas. En la primera parte vimos algunas preguntas que los mahometanos podrían hacer. Ahora continuaremos con las otras preguntas con sus respectivas respuestas, dadas como sugerencias.4. ¿No han sufrido corrupción las Escrituras de ustedes?
Un aspecto frustrante de una conversación con los mahometanos es que cuando surge un conflicto entre la Biblia y el Corán, ellos de inmediato señalan que es la Biblia la que ha sufrido corrupción. Por lo general no prestan mucha atención a cualquier evidencia de precisión textual que uno quiera presentarles. Parte del problema viene de la comprensión que ellos tienen del Corán. Si nosotros leyéramos con ellos tales pasajes como las Suras 5.52; 4.45; 24.45; se vería claramente que el Corán confirma la inspiración del Antiguo y Nuevo Testamentos en la época de Mahoma. Vamos a tratar enseguida el problema de la corrupción o alteración de las Escrituras.
Mucha de esta pretensión de corrupción está basada en el pseudo evangelio de Bernabé. Este libro cita a Jesús, quien dice que él no es el Mesías, sino uno que vendría después de él, Mahoma. Los musulmanes sostienen que este hecho fue alterado o cambiado en la Biblia como se conoce hoy. Sin embargo, tanto las evidencias externas como las internas prueban que el libro es falso y de ningún valor para cualquier investigación seria de la verdad. Creo que muchos musulmanes hacen referencia a este asunto sin saber mucho acerca de los hechos.
