
En 1899, poco antes que terminara el último siglo William Booth, el fundador del Ejército de Salvación [Salvation Army], como era antes, hizo una predicción referente a lo que ocurriría en el siglo 20. Booth dijo:
Los principales peligros que confrontan el nuevo siglo serán religión sin el Espíritu Santo, Cristiandad sin Cristo, perdón sin arrepentimiento, salvación sin regeneración, política sin Dios y el cielo sin el infierno (traducción de la cita en la cubierta posterior de The Old Evangelicalism by Iain H. Murray, The Banner of Truth Trust, 2005).
No creo que esto fue una profecía divina. William Booth había observado estas tendencias cuendo terminaba el siglo 19. Él vio que estas tendencias aumentaban. ¿Religión sin el Espíritu Santo? Absolutamente. Por supuesto que Booth estaba pensando en convicción de pecado por el Espíritu Santo. Esto no se escucha en las iglesias de hoy en día. ¿Cristiandad sin Cristo? Si tú piensas que eso no ha sucedido, necesitas leer el libro en Inglés, Cristiandad sin Cristo [Christless Christianity] por el Dr. Michael Horton (Baker Books, 2008). El Dr. Horton dice que la predicación en las iglesias evangélicas deja al Cristo Mismo afuera, como que fuera una mascota, un entrenador o un gurú. ¡Léelo! ¿Perdón sin arrepentimiento? ¡Oh sí! ¿En dónde vemos personas tener agonía de convicción y arrepentimiento que nuestros antepasados experimentaron en el siglo 18 y en el siglo 19? ¿Salvación sin regeneración? ¡Desde luego! He estado leyendo un libro por un famoso autor evangélico – a quien no voy a nombrar. Él da “cuatro pasos” para hacerse Cristiano: (1) Reconocer el plan de Dios; (2) Reconocer tu problema; (3) Responder al Remedio de Dios; (4) Recibir al Hijo de Dios. Los primeros tres puntos no requieren más que memorizar algunas palabras. ¿Pero qué hay del tercer punto, recibir al Hijo de Dios? Él dice: “Tú cruzas el puente hacia la familia de Dios cuando le pides a Cristo que venga a tu corazón, Hechos 16:30-31”. Bueno, lee Hechos 16:30-31. No hay una palabra acerca de “pedirle a Cristo que venga a tu corazón” en esos versos – ¡ni una sola palabra! Aún más, esto es un claro ejemplo de “salvación sin regeneración”. “Tú cruzas el puente hacia la familia de Dios cuando le pides…” ¡Este es un claro ejemplo de salvación por obras! La Biblia nunca dice que debes “pedirle a Cristo que venga a tu corazón”. ¡No hay un solo verso en toda la Biblia que dice que hay que hacer eso! ¡Tú te haces Cristiano cuando tú pides!